21 agosto 2006

6 textos reescritos, encontrados, hurtados, intervenidos, hechos a mitad de un viaje, hechos mientras veía las cejas de mi mujer (NO ES NECESARIO COMENTAR NADA MÁS EN EL PRIMERO)

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No puede haber conciencia del todo si ésta no es absoluta. No puede ser que yo-sea únicamente en las artes, en la política, en el sexo o las letras, siempre hay algo más, siempre está el otro, siempre está uno.

Si los siglos XIX y XX fueron los siglos de las especializaciones, debemos pugnar porque éste siglo, acaso el siglo que nos corresponde estructurar, sea el siglo de la diversidad. Y no me refiero a que existan diversas voces en un mismo medio, sino que uno mismo trascienda su medio para encontrarse con el ser humano: ese ente viviente que oscila entre lo místico y lo profano.

Quiero decir que no estoy de acuerdo con que el escritor lea tan solo a otros escritores, ni que el médico tenga una biblioteca a base de publicaciones médicas, ni que el diseñador compre únicamente revistas de diseño.

Todo esto para darle la bienvenida a links como
éste, donde su autor, Mario Campos Cortés, politólogo comunicador en diversos medios, hace un examen de todo lo que constantemente va sucediendo en el México preelectoral, electoral y postelectoral, siempre con una noble disposición a la argumentación y al diálogo de las ideas y las interpretaciones. O bien un blog así, loable por su fe en esa roja manera de concebir a la comunidad, encarnando a la perfección la contracorriente política de mediados del siglo pasado.

También es necesario mirar a costados como
éste, donde se propone replantear la concepción de esa sumamente curiosa y cuestionable ¿enfermedad? que es el SIDA, ya que hay muchos casos donde ser portador no es sinónimo de estar condenado a muerte, además de haber otros casos donde incluso la gente se ha curado, tal vez porque en realidad nunca estuvieron enfermos, en fin, es un tema donde, a pesar del exceso de información, se sabe muy poco, acaso por comtere el error de tratar de entenderlo desde una visión médica cultural tradicional, cuando el mismo síntoma resulta nuevo para la historia de las enfermedades del hombre, en fin.

Éste otro sitio propone algo muy simple pero cada vez más lejano: despertar la conciencia (tarea difícil aunque meritoria de todo tipo de lucha), y entonces con un enfoque como el aquí propuesto, resulta que la sexualidad, la psicología y el erotismo convergen en un mismo punto: la evolución del ser, el desarrollo del hombre como individuo, el regreso a sí, etc., esas palabras...

Por último, en
éste sitio encontramos otro tema interesante: la nutrición enfocada a la calidad de vida. Es mejor citar un fragmento de su contenido: El principal reto de la medicina moderna es el manejo de la enfermedad crónica. Debido a que la enfermedad crónica, tiene una naturaleza, multifactorial, la práctica médica actual, tiende a tratar los síntomas y no la causa subyacente. Tratar los síntomas es equivalente al micro manejo de la enfermedad. En lugar de esto, el enfoque del cuidado de la salud, debería de ser, el macro manejo de la salud, para reducir la probabilidad de desarrollar la enfermedad crónica. O sea que con algo tan sencillo como una dieta bien pensada (y esto significa no siguiendo la setentera pirámide nutricional sino la comprensión de lo que cada cuerpo necesita en base a sus niveles de inflamación celular) la esperanza de vida no sólo crece en cantidad, lo cual es ya un factor común en la población mexicana, sino en calidad también, si llegamos a viejos hay que llegar para pasar la vejez agusto, no para querer morirnos ya para evitar el desahucio.

Por eso creo que el blog, esa herramienta tan común y cotidiana (y en sí el mismo Internet (o la misma Internet)) es una revolución que nos toca vivir ya que acceder a información así (que optimiza la conciencia) o compartirla, sería mucho más difícil. Claro que a su vez también el Internet ha permitido cosas terribles desde la propagación de virus hasta fraudes bancarios, ventas ilegales de toda clase de productos que atentan contra algún otro, secuestros, corazones rotos, en fin.
. EVOCACIÓN DE SUEÑO

Hablas piano
tu reflejo azul
y nocturno negro

Tu reflejo
se cubre de mí
soy yo soy el otro
en la noche tuya
soy lo que hablas
tu lenguaje es el mío
soy yo en la noche
la noche otra, tú

Por qué yo soy yo
y no tú / o el otro
Por qué yo soy yo
y también tú / y así

Hablas piano
hablaS cráter
hablas Olas
hablas fogatA

Mirar a tientas

Sólo se puede entender la vida propia a través de momentos, cúmulos de tiempo y espacio donde convergen las anécdotas y el pensamiento. Este momento, presente y femenino, está marcado por la calma, ese remanso favorito de los verdaderos hombres sin ego. Calma más no quietud.

Mi momento está impulsado desde un aleph personal donde lo importante, grande y discreto, se repliega a mi como un amante en el frío. Es decir, todo, hasta lo que no recuerdo, discurre. Entonces aquella mañana de febrero del ‘99 se vierte sobre (y entre, sobre todo entre) la noche de ayer y a la vez el despertar de alguno de esos 25 de diciembre célebres.

No es fácil explicar esto, acaso lo sencillo sea emplear vocablos como satisfacción, deleite o gratitud como corolario de dicho aleph, ese circulito en la pared del cerebro donde se generan las imágenes y sensaciones, los conceptos y el sentido, los absurdos.

Esta calma es aprendizaje. Así también los malos momentos, los de autocrítica urgente, los de transición inevitable, los de pérdida.

Mirar a mi hija, siempre aquí, a mi lado, es mirar un reducto de belleza que suscita el deseo: de aprender, de mirarme a mí y mirar al otro, de memoria.

Sonríe. Llora. Descubre. Ella. Explora. Todo lo cual está bien en un bebé. Todo lo cual quiero para mí.

Este es mi momento: la conciencia de los momentos que recuerdo y olvido.
PENSAMIENTO OCULTO DE UN CIEGO FRENTE A UN CUADRO DE VAN GOGH

Ah, imagen trémula
trémula de vibraciones.

Tú, apareces
como aparece la tardanza en el tiempo,
muñeco invisible
con los hilos dentro del silencio oscuro.

Dentro grito,
dentro ademán de un hombre trazando un Dios,
trazándose Dios,
entre ellos y yo no debe haber diferencia alguna.

Sea absoluta esta mira:
algo ahí es, que soy yo, y que me existe,
que me vibra,
que estalla.

y Existe
aunque jamás yo sea amarillo

(te conozco, amarillo (y naranja y cian)
y conozco tu imagen, pintura
Real el aire frío
que mueve la flor del jarrón
Real el beso
perpetuo de mis párpados matriz
y yo y el otro Real
reSignación

"Puto el que lo lea", o más bien:

CREATIVO E INTELIGENTE
EL QUE LO LEA

El vacío, tierra fertil

A Guanajuato lo elegí al azar, de manera aleatoria, con un dedo apuntando a una mirada sin ojos. Me fue elegido. Y a veces pienso en los entramados de elecciones así, capaces de cambiar trayectorias. Yo no tenía mucho qué hacer ahí. Sentía que ser un poco forastero me caería bien. Quería tomar vino y hablar de cine, que me prestaran discos de acid jazz y probar alguna droga, tener sexo y olvido, cerros y color local. Quería ser otro.

Y al final, quién diría que Guanajuato era la tierra-propia del encuentro-desencuentro, tal vez por ser la propia-tierra, por ser un lugar cúbico, capaz de concretar lo que al interior somos sus habitantes: personas sin nombre, sin rostro, que gustamos del flexo, la luz amarilla, el espacio pequeño, lo transitorio, lo efímero, lo nulo.

Es difícil echar raíces en Guanajuato aunque enamorarse sea fácil (o tal vez por eso), pero siempre te enamoras de una persona que se va, como tú lo harás alguna vez, porque nadie puede sobrevivir en Guanajuato, si te quedas ahí te mimetizas cantera, vampiro de cantera, zombie de cantera.
A menos que escapen juntos, como es mi caso, y verte de nuevo en casa, con un poco más de identidad luego del vacío, fórmula apta si quieres tu nombre más allá del Registro Civil.